Harold Dejan: El Alma del Jazz de Nueva Orleans

 





Harold Dejan, un nombre que resuena en los rincones más profundos de la historia del jazz de Nueva Orleans, fue mucho más que un músico. Nacido el 4 de febrero de 1909 en una ciudad ya conocida por su vibrante escena musical, Dejan dejó una huella imborrable tanto como intérprete como líder de bandas. Su legado perdura, no solo en su música, sino también en la calidez y generosidad que mostró a lo largo de su vida.

Dejan fue uno de los músicos que encarnaron el espíritu de Nueva Orleans en su máxima expresión. Su primer contacto con la música llegó en una época de efervescencia creativa para la ciudad. Desde joven, mostró su talento en varios instrumentos, destacándose en el clarinete en mi bemol y el saxofón tenor. En sus primeros años de vida musical, fue parte de la banda Moonlight Serenaders, dirigida por su hermano Leo, allá por 1918. Esta fue solo la primera etapa de una carrera que se consolidaría con los años, marcada por el swing, la improvisación y la pura esencia del jazz de Nueva Orleans.

A medida que pasaban los años, Dejan se estableció como uno de los músicos más respetados y queridos de la ciudad. A pesar de sus compromisos musicales, Dejan también fue un amigo leal, siempre dispuesto a ayudar a quienes lo necesitaban. Esta calidez humana lo convirtió en una figura clave dentro de la comunidad de jazz, especialmente en Nueva Orleans, donde el espíritu colectivo y la camaradería entre músicos son tan importantes como la música misma.

Durante la década de 1920, Dejan formó parte de las giras de dos de las bandas más influyentes de la época: los Joyland Revelers y la Ridgley’s Tuxedo Band. Fue un periodo en el que Dejan experimentó el crecimiento y la expansión del jazz, que dejaba atrás sus raíces tradicionales para fusionarse con nuevos estilos y sonoridades. Sin embargo, tras este ciclo de éxitos, Dejan hizo una pausa en su carrera musical, retirándose brevemente de los escenarios para enfocarse en otros aspectos de su vida.

En 1929, Dejan retomó su carrera, tocando en la escena local de Nueva Orleans y comenzando a viajar nuevamente. En este periodo se unió a la orquesta de Clarence Desdune, con quien emprendió una gira que los llevó a bordo de un autobús Ford Modelo A. Esta experiencia, llena de aventuras y desafíos, es una muestra del carácter resistente y comprometido de Dejan con la música. En sus memorias, Dejan recordaba que su entrada a la banda de Desdune fue impulsada por la recomendación de Earl Fouché, quien no quería irse de gira. Este momento marcaría un hito en la carrera de Dejan, ya que su estilo y liderazgo empezarían a tomar forma.

Durante los años 30, Dejan amplió su horizonte musical trabajando en barcos de vapor como el SS Dixie, que navegaba de Nueva York a Nueva Orleans, y el SS Ouchita en el Lago Ponchartrain. Esta etapa fue crucial, ya que Dejan perfeccionó su estilo en contacto con músicos de diversas partes del país, sin perder jamás la esencia del jazz de Nueva Orleans.

En la década de 1950, Dejan alcanzó nuevas cumbres como líder de la Olympia Brass Band. Este fue un paso importante, ya que la banda era un faro del jazz tradicional en la ciudad. Dejan también fue parte de la Young Tuxedo Brass Band, otro grupo esencial en la preservación del estilo clásico de Nueva Orleans. Pero quizás uno de sus mayores logros fue su liderazgo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando formó “la única banda de jazz Dixieland en la Marina” según el testimonio de Theodore Purnell. Esta banda fue compuesta por músicos de la banda naval de Algiers y otros integrantes que, bajo la dirección de Dejan, mantuvieron vivo el espíritu del jazz mientras se encontraban en el frente de guerra.

Más allá de su destreza como músico, Dejan era conocido por su personalidad carismática y su habilidad para mantener un ambiente amistoso dentro de las bandas que lideraba. La historia cuenta que Dejan no tocaba “nada que no tuviera que tocar”; su carácter rebelde lo llevó a, en ocasiones, bajar su rendimiento como forma de presión, especialmente cuando se sentía amenazado por la posibilidad de ser transferido a otra unidad en la Marina. Sin embargo, cuando el oficial que lo quería fuera era trasladado, Dejan volvía a brillar con su música.

Harold Dejan falleció el 5 de julio de 2002. A lo largo de su carrera, fue testigo de los cambios y transformaciones del jazz, desde sus primeras fases hasta la evolución hacia nuevas formas, pero nunca perdió la esencia que lo convirtió en uno de los pilares del jazz de Nueva Orleans.En la ciudad que lo vio crecer, músicos y fanáticos siguen recordando a Harold Dejan como un líder excepcional, un músico consumado y, sobre todo, como un ser humano que vivió su vida con la misma pasión que su música.

Por Marcelo Bettoni



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