El Hot Club de Francia: El Faro del Jazz en Europa

 



En el convulso escenario cultural de la década de 1930, un grupo de apasionados del jazz sentó las bases de una de las instituciones más influyentes en la historia de este género en Europa: el Hot Club de Francia. Fundado en París en 1932 por Jacques Auxenfans y Elwyn Dirats, este club de jazz surgió inicialmente como una organización estudiantil con el propósito de organizar bailes. Sin embargo, la ambición de sus creadores pronto trascendió los límites escolares. Con la colaboración de Pierre Gazères y el apoyo del columnista de Jazz-Tango, Hugues Panassié, la iniciativa tomó forma y adoptó un nombre que marcaría una era: Hot Club de Francia.

A medida que la organización crecía, figuras clave como Jacques Bureau, Pierre Nourry y Charles Delaunay (quien se unió en 1933) consolidaron su estructura. Más allá de los encuentros para la escucha de discos, el Hot Club promovió conciertos, creó el primer sello discográfico francés dedicado exclusivamente al jazz (Swing Records), y lanzó la emblemática revista Jazz Hot, que se convertiría en un pilar de la crítica y difusión del género. Este club no solo ayudó a moldear el panorama jazzístico en Francia, sino que también influyó en la percepción del jazz en toda Europa.

El Hot Club tenía una misión clara: "Difundir este género, hacerlo apreciado, defenderlo y ganar para él el lugar que merece entre las expresiones artísticas de nuestro tiempo". No obstante, la tarea era más compleja de lo que parecía. Definir el jazz en Francia implicaba los mismos debates que se habían dado en EE.UU. ¿Era jazz la presentación orquestal de Paul Whiteman? ¿Se podía considerar jazz la música de Ray Ventura? Para miembros como Jacques Bureau, la respuesta estaba en la autenticidad de figuras como Bix Beiderbecke, a quien descubrió gracias a transmisiones de onda corta.

Los primeros conciertos organizados por el Hot Club tuvieron lugar en 1933, destacando presentaciones de músicos como Freddy Johnson, Garland Wilson, Louis Cole y Spencer Williams. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión llegó en 1934 con la formación del legendario Quintette du Hot Club de France, liderado por Django Reinhardt y Stéphane Grappelli. Este ensamble, con su estilo innovador de jazz manouche, dejó una huella imborrable en la historia del género.

A pesar de los éxitos, los primeros años no fueron fáciles. La membresía era escasa y algunos conciertos no lograban atraer al público esperado. Sin embargo, a mediados de los años 30, la organización comenzó a consolidarse gracias a su creciente reputación y la expansión de sus actividades.

Uno de los episodios menos conocidos de la historia del Hot Club es su conexión con Walter Schaap, académico y apasionado del jazz, quien viajó a París en 1937 para estudiar en la Sorbona. Allí conoció a Charles Delaunay y Hugues Panassié, y se convirtió en una pieza clave para la edición en inglés de Jazz Hot. Además de asistir a las sesiones de escucha diarias, Schaap tuvo el curioso rol de enseñar inglés a Django Reinhardt. Su estancia en París terminó abruptamente cuando tuvo que regresar a EE.UU. debido a una emergencia familiar, viajando en el USS Normandie junto a figuras como Benny Carter y Eddie South.

Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, el Hot Club de Francia se transformó en algo más que un centro de difusión musical. Durante la ocupación nazi, la sede del club se convirtió en un punto de encuentro para la Resistencia Francesa. Charles Delaunay fue arrestado en 1943 y pasó un mes en la prisión de Fresnes, mientras que su secretaria, Madeleine Germaine, fue deportada y asesinada en un campo de concentración. A pesar de estas tragedias, el Hot Club logró mantenerse activo y, tras la guerra, contribuyó significativamente al renacimiento del jazz en Francia.

El legado del Hot Club de Francia sigue vivo hasta el día de hoy. Su influencia se extiende a través de la consolidación del jazz en Europa, la preservación del jazz manouche y la creación de un espacio donde la crítica y la historia del género pudieran florecer. Gracias a su labor, músicos como Django Reinhardt y Stéphane Grappelli encontraron una plataforma para su arte, mientras que publicaciones como Jazz Hot ayudaron a moldear la narrativa del jazz en el continente. Hoy, su espíritu pervive en los clubes de jazz europeos y en la continua revalorización de su historia.

Desde sus modestos inicios hasta su papel en la Resistencia, el Hot Club de Francia no solo fue una organización musical, sino una institución que, con pasión y determinación, defendió al jazz como una de las más grandes expresiones artísticas del siglo XX.

Por Marcelo Bettoni

 

Referencias

  • Berendt, J. E. (1992). The Jazz Book: From Ragtime to Fusion and Beyond. Lawrence Hill Books.
  • Delaunay, C. (1948). Django Reinhardt. Éditions du Rocher.
  • Giddins, G., & DeVeaux, S. (2009). Jazz. W.W. Norton & Company.
  • Panassié, H. (1942). The Real Jazz. Smith & Durrell.
  • Schuller, G. (1989). The Swing Era: The Development of Jazz, 1930-1945. Oxford University Press.
  • Yanow, S. (2001). Swing: The Essential Listening Companion. Miller Freeman Books.

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