El "Big 25": Un Punto de Encuentro para los Grandes del Jazz

 En el corazón de Nueva Orleans, la cuna del jazz, hubo un lugar donde los sonidos vibrantes de trompetas, clarinetes y tambores se entrelazaron con el espíritu indomable de una comunidad que transformó la música para siempre. Este lugar era el "Big 25", un bar situado en el 135 de Franklin Street (hoy Crozat), en la esquina con Iberville Street. Más que un simple bar, el "Big 25" fue un santuario para los músicos afroamericanos de la época, un lugar donde nacieron ideas, se tejieron colaboraciones y, sobre todo, donde el jazz encontró una de sus primeras casas. 

Desde su apertura en 1891, el "Big 25" se convirtió rápidamente en el lugar predilecto de músicos legendarios como King Oliver, Kid Ory, Jelly Roll Morton, Louis Armstrong, Manuel Manetta y Big Eye Nelson. Entre actuaciones en los salones de baile y las calles de Nueva Orleans, los músicos se reunían aquí para descansar, planear sus próximas presentaciones y experimentar libremente con la música. 

En este ambiente de camaradería y creatividad, el jazz tomó forma como un género único, fusionando influencias del blues, el ragtime y las tradiciones afrocaribeñas. El "Big 25" fue testigo de sesiones improvisadas donde músicos experimentaron con ritmos, armonías y arreglos que definirían el sonido del jazz clásico. 

El "Big 25" fue gestionado por Arnold Dufauchard, una figura poco conocida pero crucial para la escena cultural de Nueva Orleans. Nacido el 4 de febrero de 1865, Dufauchard era un yesero de oficio que encontró en el bar una forma de apoyar a su comunidad y a los músicos locales. Además de ser el gerente del "Big 25", fue miembro del consejo directivo de la Peoples Industrial Life Insurance Company, una organización clave para la comunidad afroamericana, fundada por su amigo Walter L. Cohen. 

Dufauchard, quien también fue propietario de varios caballos de carreras y representante del boxeador Harry Wills, logró convertir el "Big 25" en un espacio seguro y acogedor durante una época marcada por la segregación y la discriminación racial. 

Con la entrada en vigor de la Prohibición en 1920, muchos establecimientos de Nueva Orleans cerraron sus puertas. Sin embargo, el "Big 25" resistió. Aunque las leyes contra el alcohol restringieron su funcionamiento, el bar continuó siendo un lugar de reunión, adaptándose a las circunstancias de la época. 

En 1933, cuando el presidente Franklin D. Roosevelt firmó la Ley Cullen-Harrison, que permitió nuevamente la venta de bebidas alcohólicas con bajo contenido de alcohol, el "Big 25" recuperó su vitalidad. Este lugar nunca dejó de ser conocido como el “rendezvous de la gente deportiva”, un epíteto que reflejaba su importancia como centro de interacción social y cultural. 

El "Big 25" no solo fue un bar; fue un símbolo de resiliencia y creatividad en una época compleja. Aunque ya no existe, su impacto se siente en la música y en las historias que dejaron quienes lo frecuentaron. 

  Fuentes : Chord Changes on the Chalkboard: How Public School Teachers Shaped Jazz and the Music of New Orleans , Al Kennedy, 2002, Scarecrow Press. Revistas y Publicaciones:  The Roneagle  (Anuario de McDonogh #35, 1932). Times Picayune, Obituario, 1 de mayo de 1987, p. 22. Bases de Datos Genealógicas: Ancestry.com (Censos Federales de 1920, 1930 y 1940). Lolita V. Cherrie




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