Jelly Roll Morton: El Mito y la Música del Primer Gran Compositor de Jazz
Jelly Roll Morton, uno de los nombres más emblemáticos en la historia del jazz, es un personaje cuya vida y legado siguen fascinando a músicos, historiadores y fanáticos del género. Conocido tanto por su virtuosismo como por su habilidad para crear una narrativa legendaria sobre sí mismo.
Nacido como Ferdinand Joseph LaMenthe, alrededor de 1890,
en la costa del Golfo cerca de Nueva Orleans, Morton adoptó el nombre de “Jelly
Roll” y pronto se convirtió en una figura controvertida y excéntrica. Se autodenominó
el “inventor del jazz”, una afirmación que, aunque cuestionada por muchos,
refleja su visión y su importancia dentro del nacimiento del género. Además de
su habilidad para tocar el piano, Morton fue un gran compositor, arreglador y
líder de banda, cuya creatividad se extendió mucho más allá de la ejecución de
piezas ya existentes.
A lo largo de su vida, cultivó una serie de mitos sobre
su historia. Desde su supuesta descendencia directa de los colonos franceses en
Nueva Orleans, hasta sus años de juventud dedicados al crimen y el vicio en los
barrios más bajos de la ciudad. Es cierto que su vida estuvo marcada por
situaciones extremas, como su paso por la cárcel, su trabajo como proxeneta y
sus viajes por los bares más oscuros de los Estados Unidos. Sin embargo, fue en
esos mismos lugares donde se fraguó su genio musical, influenciado por la
música popular y los ritmos criollos de Nueva Orleans.
Lo que distingue a Jelly Roll Morton de otros músicos de
su época es su capacidad para fusionar la tradición con la innovación. Fue uno
de los primeros músicos en llevar el jazz a un nivel más estructurado y
profesional. Durante la década de 1920, Morton formó su banda más conocida, los
Red Hot Peppers, con quienes grabó algunas de las composiciones más
influyentes de la historia del jazz, como “Froggy Moore Rag”, “Milenberg
Joys” y “Kansas City Stomp”. Estas grabaciones, realizadas para el
sello Victor en Chicago, son testimonio de su meticulosidad y su enfoque hacia
la música.
Una de las grandes innovaciones de Morton fue su
capacidad para escribir y arreglar música para jazz, algo que en la época era
relativamente raro. Mientras que la mayoría de las bandas de Nueva Orleans se
basaban en la improvisación colectiva, él creaba composiciones detalladas y
arreglos complejos para sus músicos. Sus grabaciones muestran su profundo
entendimiento de cómo debía tocarse la música en conjunto, estableciendo un
estándar técnico y artístico que sería seguido por futuras generaciones de músicos
de jazz.
El sonido de los Red Hot Peppers fue
revolucionario por su enfoque disciplinado en los ensayos y la preparación.
Morton, a diferencia de otros músicos de la época, insistía en la perfección y
la cohesión de su banda, eligiendo a los mejores músicos y pidiendo tiempo y
dinero para ensayar. Esto contrastaba con la práctica común en las grabaciones
de la época, donde las compañías discográficas solían ser reacias a invertir en
arreglos elaborados. Pero Morton no solo era un líder de banda; también fue un
innovador en términos de producción musical, cuidando cada detalle de sus
sesiones y asegurándose de que cada pieza tuviera la calidad necesaria.
El Red Hot Peppers fue un grupo que definió la
música de Nueva Orleans, pero también proyectó al jazz hacia nuevas
posibilidades. En sus composiciones, Morton combinaba la improvisación
característica del jazz con elementos de la música clásica, ragtime y el blues, creando un sonido único que se
convirtió en el referente para muchos de sus contemporáneos.
Aunque Jelly Roll Morton nunca fue el único creador del
jazz, como él mismo afirmaba, su influencia es innegable. Sus grabaciones con
los Red Hot Peppers siguen siendo una piedra angular en la historia del
jazz, y muchos de los músicos que lo siguieron, como Louis Armstrong y Duke
Ellington, se vieron profundamente influenciados por su enfoque hacia la
composición y el liderazgo de banda.
A lo largo de los años, la figura de Morton ha sido tanto
mitificada como desacreditada, pero su música ha perdurado. Sus composiciones,
como “King Porter Stomp” y “Black Bottom Stomp”, continúan siendo
interpretadas y grabadas por músicos de jazz de todas las generaciones. Jelly
Roll Morton no solo definió un sonido, sino que también contribuyó al
desarrollo de un lenguaje musical que ha trascendido el tiempo.
Jelly Roll Morton murió en 1941, olvidado en gran parte
por el público mainstream, pero con el paso de los años fue reconocido de
manera más amplia. Hoy, es considerado uno de los pilares del jazz tradicional,
clásico y un precursor de las innovaciones que seguirían en el género. Su
música sigue viva, y el mito que él mismo construyó sobre su vida sigue siendo
una parte importante de la historia del jazz. Fue, sin duda, un hombre de
contrastes: un prodigioso compositor y pianista, un innovador del jazz y un
personaje tan legendario como su música. Pero, al final, su verdadera esencia
reside en las melodías complejas y las armonías audaces que creó y que
continúan resonando en el corazón del jazz hasta el día de hoy.
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