Mary Lou Williams : el árbol del jazz , una representación simbólica de sus raíces y desarrollo parte 1

 



  El árbol del jazz de Williams, “Historia del jazz de Mary Lou Williams”, dibujado por David Stone Martin (Instituto de Estudios de Jazz, Universidad Rutgers)

Mary Lou Williams, una de las pianistas más influyentes del jazz, destacó por su versatilidad estilística y sus composiciones profundamente espirituales. Además de su brillante carrera como intérprete, jugó un rol crucial como educadora. Entre 1976 y 1981, ofreció conferencias-recitales en universidades como Rockhurst, Michigan y Duke, donde fue artista residente. Estos eventos, que combinaban interpretaciones musicales con una narrativa cronológica de la historia del jazz, reflejaban su perspectiva personal y espiritual sobre el género.

A través de estas presentaciones, Williams no solo consolidó su lugar en el canon del jazz, sino que también abordó temas clave como la periodización, los estilos y la improvisación. Su enfoque integraba su identidad como mujer negra espiritual y sus críticas hacia ciertos estilos modernos que percibía como alejados del propósito esencial del jazz: alimentar el amor y sanar el alma.

Su conversión al catolicismo tuvo una influencia significativa en su visión musical, resaltando temas de espiritualidad y valores musicales profundos. Estos eventos no solo promovieron su legado, sino que ofrecieron una historiografía del jazz centrada en la experiencia del intérprete, enriqueciendo la comprensión del género y su archivo cultural.

El “árbol del jazz”, que emergió como una representación visual y conceptual central en sus conferencias-recitales, ilustra poderosamente la historia y filosofía del género. En la base del árbol, entrelazadas con sus raíces, se encuentra la palabra “sufrimiento”, que Williams postulaba como la fuerza motriz detrás del nacimiento y la evolución del jazz. A medida que ascendemos, las categorías estilísticas fundamentales que defendía —“raíces”, “espirituales”, “ragtime”, “swing de Kansas City” y “bop”— se despliegan como capas que conectan el pasado histórico con el presente artístico del jazz.

El “blues” ocupa un lugar prominente en esta representación, fluyendo a ambos lados del tronco como una corriente constante. Para Williams, el blues no solo era una raíz más, sino el corazón histórico y emocional del jazz. Este enfoque refleja su creencia de que el blues es un lenguaje universal dentro del género, capaz de conectar diferentes épocas y estilos.

A lo largo de sus conferencias, Williams subrayó la importancia del blues mediante ejemplos tanto antiguos como contemporáneos. Rechazaba una división tajante entre el “blues nuevo” y el bebop, y más bien mostraba cómo los acordes y estructuras del blues enriquecieron e influyeron en las innovaciones del bop. Su afirmación de que “los acordes del blues de la era del bop agregaron una gran riqueza y más técnica” refleja su convicción de que el blues era una parte integral y continua del desarrollo del jazz.

Williams también veía el jazz como un arte profundamente afroamericano y estadounidense, aunque su perspectiva se distanciaba de la narrativa tradicional de muchos historiadores. Por ejemplo, excluyó a Scott Joplin del ragtime, considerándolo “europeo” y no auténticamente estadounidense. Según ella, el verdadero ragtime surgía del ritmo de los espirituales, una forma artística directamente conectada con las experiencias de los esclavos afroamericanos.

En una postura controvertida, minimizó las influencias africanas y latinas en el jazz. Para Williams, el jazz era “todo estadounidense”, nacido del sufrimiento de los esclavos negros. Aunque esta visión puede parecer reduccionista, su intención era preservar la identidad única del jazz como una expresión de resistencia y creatividad afroamericana, vinculada a un contexto histórico concreto.

La metáfora del árbol, empleada por Williams, no solo explica la evolución del jazz, sino que también funciona como un recordatorio de su complejidad y profundidad. Al resaltar el “sufrimiento” y el “blues” como pilares fundamentales, Williams subraya que el jazz es mucho más que una colección de estilos musicales; es un testimonio viviente de la historia, la cultura y la lucha de los afroamericanos.

Con cada hoja del árbol, que lleva el nombre de un músico, se celebran a los artistas que han enriquecido el jazz, al tiempo que se reconocen las profundas raíces de donde todo surge. Es una representación visual y filosófica que, como el propio jazz, sigue en constante crecimiento y reinterpretación.Por Marcelo Bettoni 

Fuentes:

  • Sarah Caissie Provost, profesora adjunta de Historia de la Música en la Universidad de Hartford. Su trabajo sobre jazz y género ha sido publicado en Jazz Perspectives y The Routledge Handbook on Jazz and Gender.
  • Dahl, L. (1999). Morning Glory: A Biography of Mary Lou Williams. University of California Press.
  • Williams, M. L. (1981). Conferencias-recitales en Duke University (material archivado).
  • Tucker, S. (2013). Swing Shift: "All-Girl" Bands of the 1940s. Duke University Press.


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