Primeras Notas: Nueva Orleans y las Raíces Tempranas del Jazz
La ciudad de Nueva Orleans ha sido siempre diferente, compleja e intrigante, y es completamente apropiado que el jazz, el estilo musical que esta ciudad creó y regaló al mundo, siga el mismo ritmo. El jazz no solo surgió de la singularidad cultural de Nueva Orleans, sino que también representa la evolución de sus diversas influencias: las huellas de las colonizaciones francesa y española, la resiliencia de las tradiciones africanas tras la era de la esclavitud y la llegada de inmigrantes de Europa. La manera en que estas culturas se mezclaron, chocaron y evolucionaron juntas en la ciudad produjo el estilo musical más distintivo de América.
Uno de los factores clave en el nacimiento del jazz fue
el profundo compromiso de Nueva Orleans con la música y la danza, un legado que
se remonta a sus primeros días coloniales. La ciudad fue hogar de la primera
casa de ópera en América del Norte y, durante siglos, abrazó las ricas
tradiciones musicales europeas. Sin embargo, mucho antes de que el jazz se
consolidara, los eventos musicales formaban parte del tejido social de la
ciudad, desde los bailes formales donde las danzas europeas competían por la
atención del público con los sonidos más exóticos provenientes de América
Latina, hasta las bandas de marcha que acompañaban a los dolientes en los
funerales.
Pero lo que realmente distingue a Nueva Orleans es el
crisol de razas y culturas que convivieron de manera más abierta que en el
resto del sur de Estados Unidos. La ciudad, aunque fue uno de los puertos de
esclavos más importantes, también permitió interacciones entre personas de
diferentes razas de una manera que era casi impensable en otros lugares del
país.
A diferencia de otras ciudades del sur, en Nueva Orleans
se permitió cierta continuidad de las tradiciones africanas. En Congo Square,
un espacio que hoy forma parte del Parque Louis Armstrong, los esclavos podían
reunirse para hacer música y danzar, algo que no era permitido en la mayoría de
las ciudades del sur. Esta libertad, aunque limitada, permitió que las
tradiciones africanas continuaran evolucionando y fusionándose con otras
influencias culturales.
Además, Nueva Orleans fue hogar de la mayor población de
personas libres de color durante la era de la esclavitud. Muchos de estos
individuos tenían acceso a la música
A esta mezcla cultural se sumaron la música espiritual
proveniente de las iglesias, el blues llevado por los guitarristas rurales, los
espectáculos de minstrels inspirados en la vida plantacional, el ritmo de las
bandas militares y, finalmente, el ragtime, el estilo de piano más popular en
los primeros años del siglo XX. La combinación de estos elementos, junto con la
improvisación característica de los músicos de Nueva Orleans, dio lugar a una
forma musical completamente nueva.
Lo que realmente distinguió al jazz fue la improvisación.
Frente a la tradición musical occidental, que seguía las composiciones de los
autores al pie de la letra, el jazz permitió que los músicos crearan y
modificaran la música en tiempo real, siguiendo una sensación o emoción, y no
una partitura. Esta libertad expresiva es lo que dio al jazz su carácter único
y lo hizo revolucionario.
Históricamente, se considera que el cornetista Buddy Bolden fue el primer músico de
jazz. En 1895, formó una banda que rápidamente se popularizó en los desfiles y
bailes de la ciudad, e incluyó a músicos que más tarde serían figuras clave en
el desarrollo del jazz, como Sidney
Bechet y Bunk Johnson.
Bolden, conocido por su tema "Funky Butt", es una figura
emblemática en la historia del jazz.
Otro de los nombres fundamentales es Jelly Roll Morton, considerado el
primer gran compositor de jazz. Junto con músicos como Joe "King" Oliver y Kid Ory, estos pioneros sentaron las bases de lo que sería la
música que cambiaría el curso de la historia de la música.
Aunque la ciudad principal en la cual se originó el jazz fue
en Nueva Orleans, los músicos de la ciudad comenzaron a viajar por todo el país
en busca de trabajo. La diseminación del jazz se aceleró después de que el
distrito de Storyville, el barrio rojo de la ciudad, fuera cerrado en
1917. Esto obligó a muchos músicos a trasladarse, y el sonido de Nueva Orleans
se difundió en ciudades como Chicago, Nueva York y Kansas City. Con el tiempo,
el jazz se transformó y adoptó nuevos estilos según las particularidades de
cada ciudad, pero la influencia inicial de Nueva
Nueva Orleans, con su mezcla única de culturas y
tradiciones, no solo fue la cuna del jazz, sino el lugar donde se forjaron sus
primeros pasos. Los músicos de la ciudad, con su creatividad desbordante y su
amor por la improvisación, cambiaron para siempre la historia de la música. El
jazz, aunque evolucionado en diferentes ciudades, sigue llevando en su alma el
espíritu de la ciudad que lo vio nacer.
Por Marcelo Bettoni.
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