Preservation Hall Jazz Band: Un Latido Permanente del Jazz Tradicional de Nueva Orleans

 

 



Preservation Hall Jazz Band: Un Latido Permanente del Jazz Tradicional de Nueva Orleans

La Preservation Hall Jazz Band es un fenómeno cultural que trasciende lo musical, simbolizando la preservación de una tradición viva que representa el alma misma de Nueva Orleans. Desde su creación en 1961 por Allan y Sandra Jaffe, este ensamble ha sido mucho más que una simple banda: ha sido una bandera de resistencia ante las fuerzas de la modernidad que intentaron disolver el jazz tradicional. A través de su incansable labor, la Preservation Hall Jazz Band no solo ha mantenido viva la tradición de Nueva Orleans, sino que ha ofrecido una puerta hacia el pasado para las generaciones actuales, haciendo posible que el jazz de la ciudad siga tocando los corazones de miles de personas alrededor del mundo.

La historia de la Preservation Hall Jazz Band está profundamente ligada a la historia de Preservation Hall, la sala de conciertos ubicada en el Barrio Francés de Nueva Orleans. Fundada en 1961, la sala surgió en un momento de transición para el jazz, cuando y el rock'n'roll ganaban terreno, relegando al jazz tradicional de Nueva Orleans a un plano secundario. En este contexto, la sala, creada por los Jaffe, se convirtió en un refugio para los músicos veteranos que aún mantenían viva la llama del jazz primitivo de la ciudad.

Allí, músicos como George Lewis, Percy Humphrey, y Kid Thomas Valentine encontraron un espacio donde su música, un reflejo directo de la esencia de Nueva Orleans, podía seguir resonando. No fue solo un lugar para la música, sino un lugar que preservaba una forma de vivir el jazz: improvisada, interactiva y, sobre todo, alegre.

Uno de los aspectos que más distingue a la Preservation Hall Jazz Band de otras agrupaciones dedicadas al jazz tradicional es su enfoque genuino y fiel a las raíces del género. Mientras que otras bandas de jazz clásico han optado por actualizar el repertorio con arreglos modernos, la Preservation Hall Jazz Band ha sido un ejemplo de integridad musical. Su repertorio no solo incluye composiciones clásicas de la era dorada de Nueva Orleans, como When the Saints Go Marching In y Basin Street Blues, sino que mantiene la estructura abierta y flexible que caracterizaba las primeras interpretaciones de jazz, donde la improvisación y la interacción entre los músicos son esenciales.

El concepto de "tradición" en el caso de la banda no se refiere a la mera reproducción de viejos temas, sino a una interpretación viva que respeta la esencia de los pioneros de Nueva Orleans. Esta "preservación" no es un conservadurismo musical, sino un proceso activo de mantener el espíritu del jazz intacto mientras se experimenta dentro de sus confines.

Además de su legado musical, la Preservation Hall Jazz Band tiene una importancia histórica que no puede pasarse por alto: su papel en la lucha por los derechos civiles. En la época en que los Jaffe tomaron las riendas de la sala, Nueva Orleans vivía bajo el régimen de segregación racial, y el hecho de que la Preservation Hall fuera un espacio para músicos y audiencias de todas las razas fue un acto de resistencia en sí mismo. La banda y su sede se convirtieron en un símbolo de inclusión y de la capacidad del jazz para derribar barreras sociales, un acto de resistencia tan potente como la propia música.

En este sentido, la historia de la Preservation Hall Jazz Band es también la historia de un compromiso social. Los Jaffe, como cabezas de una sala abierta a todos, se vieron involucrados en el Movimiento por los Derechos Civiles y enfrentaron no pocas veces la represión por parte de las autoridades locales. Este aspecto de la historia de la banda es tan significativo como su legado musical, pues subraya cómo el jazz, desde sus orígenes en la cultura afroamericana, ha sido una herramienta de cambio social.

A medida que la banda crecía, también lo hacía su influencia. En 1963, bajo la dirección de Allan Jaffe, la Preservation Hall Jazz Band comenzó a realizar giras internacionales, presentando el jazz de Nueva Orleans no solo en los Estados Unidos, sino también en Europa, Asia y América Latina. Estas giras, lejos de ser un fenómeno aislado, abrieron una puerta a la redescubierta del jazz tradicional a nivel mundial, trayendo consigo el regreso de una forma de música que parecía perdida.

La banda no solo se limitó a tocar en festivales de jazz; su música logró conectar con públicos ajenos al mundo del jazz, gracias a su capacidad para mantener la esencia emocional de la música sin sacrificar la autenticidad. Este enfoque de acercar el jazz a una audiencia global ha sido una de las claves de su perdurable relevancia.

La muerte de Allan Jaffe en 1987 marcó el fin de una era, pero también dio inicio a una nueva etapa bajo la dirección de su hijo, Ben Jaffe, quien ha sabido modernizar y expandir la banda sin perder la conexión con las raíces del género. Durante su liderazgo, la Preservation Hall Jazz Band ha colaborado con artistas de géneros diversos, desde My Morning Jacket hasta Arcade Fire, y ha fusionado el sonido tradicional de Nueva Orleans con influencias más modernas, como se puede escuchar en sus álbumes That’s It! (2013) y So It Is (2017).

Estas innovaciones, lejos de desvirtuar el legado de la banda, lo enriquecen, mostrando que el jazz de Nueva Orleans sigue siendo una tradición viva, capaz de evolucionar mientras sigue siendo fiel a sus principios fundacionales. La incorporación de influencias afrocubanas en So It Is, por ejemplo, no es una mera moda, sino una vuelta a los orígenes del jazz, profundamente influenciado por las tradiciones musicales africanas y caribeñas.

Hoy, la Preservation Hall Jazz Band sigue siendo un referente esencial para los músicos y amantes del jazz en todo el mundo. En tiempos de globalización musical y homogeneización sonora, el grupo nos recuerda la importancia de las raíces y el poder de una tradición que sigue viva, tocando las fibras más profundas de quienes la escuchan. Su compromiso con la educación y la preservación de esta música es un testimonio de la atemporalidad del jazz de Nueva Orleans, que sigue ofreciendo algo genuino en un mundo cada vez más digitalizado y despersonalizado.

La Preservation Hall Jazz Band ha demostrado que el jazz de Nueva Orleans no es solo una etapa en la historia de la música, sino un lenguaje universal que sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en su nacimiento. Es una tradición en constante evolución, y su latido permanece firme, resonando en cada nota, en cada improvisación, en cada rincón del mundo.

Por Marcelo Bettoni

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