Ella Fitzgerald y "How High the Moon": Un Vuelo Imparable
Ella Fitzgerald y "How High the Moon": Un Vuelo Imparable
Entre
los múltiples estándares que han definido la historia del jazz, pocos han
alcanzado la altura de "How High the Moon" en la voz de Ella
Fitzgerald. La canción, compuesta en 1940 por Morgan Lewis y Nancy Hamilton, ya
era un tema popular cuando la "First Lady of Song" la transformó en
un espectáculo de virtuosismo vocal, convirtiéndola en una de sus
interpretaciones más icónicas.
La
versión de Ella, grabada en 1956 y llevada a los escenarios en múltiples
ocasiones, es una verdadera expresión de libertad. Lo que en otras versiones se
mantenía dentro de los límites melódicos tradicionales, en su voz se convierte
en una exhibición deslumbrante de scat singing, esa técnica de
improvisación vocal que Fitzgerald llevó a un nivel sin precedentes. Sus líneas
melódicas, llenas de citas a otros temas de jazz, síncopas inesperadas y un
fraseo que parece desafiar la gravedad, convierten esta interpretación en una
obra maestra de la espontaneidad.
Más
allá del virtuosismo técnico, lo que hace especial esta versión es la sensación
de gozo absoluto que transmite. La risa juguetona de Ella entre fraseos, su
dominio total del swing y la energía desbordante de su interpretación nos
recuerdan que el jazz es, ante todo, un lenguaje de libertad. En sus manos,
"How High the Moon" deja de ser solo una canción sobre la distancia
inalcanzable del amor para convertirse en un vuelo imparable a través de la
creatividad pura.
Esta
interpretación no solo cimentó la reputación de Ella Fitzgerald como una de las
improvisadoras más grandes del género, sino que también consolidó el scat
como una forma de arte en sí misma. Su legado sigue resonando en generaciones
de cantantes que han tomado su ejemplo como punto de partida. Y, aunque la
canción pregunta "qué tan alto está la luna", en la voz de Ella, la
respuesta parece ser: más allá de cualquier límite.
Por
Marcelo Bettoni
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