Ragtime: La Semilla del Jazz y el Ritmo de una Era
A finales del siglo XIX, la música afroamericana
comenzaba a consolidar su identidad dentro de un complejo entramado cultural en
los Estados Unidos. En este contexto, emergió el ragtime, un género que
sintetizaba influencias europeas y africanas en un estilo rítmicamente
innovador. Su nombre, derivado de la expresión ragged time (tiempo
rasgado), hace referencia a la síncopa como elemento estructural esencial.
El ragtime no solo fue una forma musical, sino
también una manifestación de un momento histórico crucial. Durante este
período, la población afroamericana comenzaba a insertarse en la vida urbana
con mayor presencia en el ámbito educativo y profesional. La aparición de una
incipiente clase media negra, con acceso a instrumentos como el piano, facilitó
la expansión del género en entornos domésticos y comerciales. Los salones de
baile, teatros de vodevil, tabernas y burdeles fueron espacios clave para su
difusión.
A pesar de que el ragtime es recordado
principalmente como un fenómeno pianístico, su origen está ligado a
instrumentos como el banjo y el violín (fiddle), utilizados por músicos
afroamericanos en la interpretación de danzas europeas como la quadrille
y el two-step. La reelaboración de estos géneros a través de la síncopa
y los desplazamientos acentuales dio lugar a un nuevo lenguaje musical que
pronto encontró en el piano su vehículo ideal.
El ragtime se distingue por su estructura
rítmica particular, donde la mano izquierda mantiene un acompañamiento estable
con bajos en los tiempos fuertes y acordes en los débiles, mientras que la mano
derecha introduce melodías sincopadas que generan una sensación de tensión y
desplazamiento rítmico. Esta interacción entre una base regular y un diseño
melódico fluctuante representa un principio fundamental que más tarde se
consolidaría en el jazz.
Desde el punto de vista formal, el ragtime
sigue un esquema pluri-temático, con secciones de 16 compases
organizadas en repeticiones y contrastes. Una estructura típica, ejemplificada
en Maple Leaf Rag de Scott Joplin, es AABBACCDD, donde la sección C
introduce una modulación a la subdominante. Armónicamente, el género se basa en
progresiones tonales funcionales, pero incorpora acordes de séptima de
dominante secundaria, séptimas disminuidas como acordes de paso e intercambios
modales, elementos que posteriormente enriquecerían el vocabulario armónico del
jazz.
El compás predominante es el 2/4, aunque también
existen ragtimes en 3/4 y 4/4. La elección del 2/4 responde a la
influencia de las marchas y danzas de salón de la época, así como al papel
central que el two-step desempeñó en la popularización del género.
Uno de los aspectos más significativos del ragtime
fue su papel en la profesionalización de los músicos afroamericanos dentro de
la emergente industria musical. A diferencia de otros géneros de la tradición
oral, el ragtime se difundió principalmente a través de la publicación
de partituras y, más tarde, de rollos de pianola. Este último formato permitió
que las composiciones llegaran a un público más amplio y contribuyó a la
estandarización del estilo.
La primera partitura publicada con el término “rag”
fue Mississippi Rag (1897) de William Krell, un músico blanco. Sin
embargo, el primer ragtime compuesto por un afroamericano y publicado
fue Harlem Rag (1897) de Tom Turpin. A partir de ese momento, el género
experimentó un auge sin precedentes, con figuras como Scott Joplin, James Scott
y Joseph Lamb consolidando su estética y expandiendo sus posibilidades
expresivas.
Joplin, en particular, desempeñó un papel crucial en
la legitimación artística del ragtime. Su visión trascendía la función
de simple música de entretenimiento, y en su producción se percibe un esfuerzo
por dotar al género de una dimensión formal y estética más ambiciosa. Obras como
The Entertainer y The Cascades muestran un refinamiento armónico
y melódico que lo distingue de otros compositores de la época. Su ópera Treemonisha,
aunque poco apreciada en su tiempo, refleja su deseo de integrar el ragtime
dentro de una tradición musical más amplia.
El ragtime comenzó a perder popularidad hacia
la segunda década del siglo XX, coincidiendo con la muerte de Joplin en 1917,
el auge del jazz y el desplazamiento de los rollos de pianola por el fonógrafo.
Sin embargo, su influencia en la génesis del jazz es innegable.
Si bien el ragtime es una música completamente
escrita, sin improvisación ni swing, aportó al jazz elementos
fundamentales:
- Síncopa y ritmo desplazado: Base
rítmica sobre la que se desarrollaría el fraseo del jazz.
- Forma modular: La estructura pluri-temática del ragtime
anticipa el formato de las primeras composiciones de jazz.
- Lenguaje armónico: Muchas progresiones y giros armónicos del ragtime
fueron absorbidos por el jazz primitivo.
- Repertorio: Muchas bandas de jazz interpretaron ragtimes,
incorporando secciones improvisadas y un swing más flexible.
La revalorización del ragtime en el siglo XX,
impulsada por el cine (The Sting, 1973) y el movimiento de jazz
tradicional, reafirmó su lugar en la historia de la música estadounidense. Hoy
en día, el ragtime es reconocido no solo como una expresión artística
autónoma, sino como una de las piedras angulares sobre las que se edificó el
jazz.
En palabras de Joplin: "El ragtime debe ser
tocado exactamente como está escrito, pero con el alma adecuada". Esa
alma, nacida del cruce de culturas, sigue resonando en la historia del jazz y
la música contemporánea. Por Marcelo Bettoni
Comentarios
Publicar un comentario