Swing: la revolución de Frances Carroll & Her Coquettes



Swing: la revolución  de Frances Carroll & Her Coquettes

En una época donde el swing reinaba en los salones y en las ondas radiales, pero los escenarios estaban dominados por hombres, un grupo de mujeres desafió el orden establecido con fuerza, talento y glamour. Frances Carroll & Her Coquettes no solo fue una big band compuesta íntegramente por mujeres: fue una declaración de principios, una explosión de energía y estilo que plantó bandera en el territorio más competitivo del jazz de los años treinta y cuarenta.

Formada en 1938 por las hermanas Smith —Viola, baterista, y Mildred, trompetista—, junto con la carismática cantante Frances Carroll, la orquesta nació en un momento en que muchas mujeres comenzaban a tomar instrumentos tradicionalmente masculinos. Las Coquettes se destacaban no solo por su vestuario elegante o su presencia escénica, sino por su virtuosismo musical y su capacidad de competir de igual a igual con las orquestas masculinas más renombradas de la era swing.

El corto cinematográfico de 1939, Frances Carroll & Her Coquettes, dirigido por Roy Mack y producido por Warner Bros. y Vitaphone, es testimonio vivo de esta fuerza. Allí, el solo de batería de Viola Smith en “Snake Charmer” es puro fuego: precisión, fuerza y una coreografía de brazos que desafía cualquier expectativa. No por nada fue apodada “la mujer baterista más rápida del mundo”. En plena Segunda Guerra Mundial, con muchos hombres alistados, estas orquestas femeninas ocuparon un lugar inesperado en el mercado musical, llevando swing a las bases militares y al público civil.

Pero sería un error reducir el fenómeno a una simple reacción coyuntural. Frances Carroll & Her Coquettes encarnaron una revolución silenciosa: la visibilidad de la mujer instrumentista, la reivindicación del talento femenino en clave de espectáculo, y la creación de un modelo alternativo dentro de un mundo que hasta entonces solo permitía a las mujeres ocupar el rol de cantantes o secretarias.

Viola Smith, quien vivió hasta los 107 años y tocó con Phil Spitalny, en Broadway y en Hollywood, fue una pionera en el sentido más profundo: no solo rompió techos de cristal con sus baquetas, sino que también escribió artículos defendiendo el lugar de las mujeres músicas, como aquel ensayo de 1942 en DownBeat, titulado “Give Girl Musicians a Break!” (¡Denle una oportunidad a las músicas!).

Hoy, en plena era de revisión histórica y revalorización de los aportes femeninos al jazz, el legado de Frances Carroll & Her Coquettes se resignifica. No fueron solo un fenómeno de entretenimiento: fueron una vanguardia. Una revolución con swing. Por Marcelo Bettoni


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