La Forma AABA y su Poder Transformador en el Jazz.Guía de audición 2

 

Uno de los secretos mejor guardados —aunque presente a lo largo de toda la historia del jazz— es la manera en que los músicos han tomado estructuras simples y familiares para construir mundos sonoros radicalmente nuevos. Un ejemplo brillante de esto es la forma AABA de 32 compases, que desde la década de 1920 se convirtió en una de las herramientas favoritas del repertorio jazzístico.

La forma AABA, habitual en la música popular estadounidense, fue la base sobre la cual muchos músicos de jazz pudieron desarrollar sus improvisaciones, reharmonizaciones y nuevas composiciones. La sección A se repite dos veces, se introduce un contraste con la sección B (conocida como puente), y finalmente se regresa a la sección A. Esta estructura simétrica ofrecía tanto estabilidad como libertad.

Ya en 1926, artistas como Lester Young, Benny Goodman y Coleman Hawkins demostraban cómo una canción popular podía transformarse mediante la interpretación jazzística. Obras como "Oh! Lady Be Good", "Dinah" o "Body and Soul" muestran que, una vez establecida la familiaridad melódica, el oyente es guiado hacia terrenos más arriesgados sin perderse en la forma.

Uno de los casos más paradigmáticos de transformación es el de "I Got Rhythm" de George e Ira Gershwin. Estrenada en 1930 en el musical Girl Crazy, su progresión armónica capturó la atención de los músicos de jazz, quienes descartaron la melodía original para explorar solamente los "Rhythm Changes", como se conoce informalmente a esa secuencia de acordes. Este esquema se convirtió en una especie de lienzo sobre el cual se pintaron miles de nuevas melodías, entre ellas "Conga Brava" de Duke Ellington o "Rhythm-a-ning" de Thelonious Monk, ambas ya consagradas como estándares del jazz.

Otro ejemplo esencial es "So What" (1959), de Miles Davis, una obra maestra del modalismo que mantiene la forma de 32 compases AABA. Pero aquí la innovación es doble: no solo se utiliza un solo acorde durante cada sección A, sino que el contraste del puente se logra con una sutil pero poderosa modulación por semitono. La interacción entre Davis y John Coltrane, especialmente en el segundo y cuarto coro respectivamente, revela distintas maneras de abordar la misma forma: minimalismo melódico en Davis y torrentes de notas con construcción armónica en Coltrane.

Esta forma no solo sobrevivió a los cambios estilísticos del jazz: los acompañó y fue reformulada una y otra vez. Desde el bebop de Charlie Parker, como en "Ko-Ko" (inspirado en "Cherokee"), hasta las obras de Mary Lou Williams, Bud Powell o Fats Waller, la AABA aparece como arquitectura interna de una música en constante metamorfosis.

Escuchar jazz, entonces, también implica aprender a reconocer las estructuras invisibles que sostienen la libertad. La forma AABA no es una cárcel, sino una brújula. Y cuando uno logra ubicarla dentro de una interpretación, comienza a navegar con los músicos, comprendiendo por qué se va, dónde se regresa y cuándo se rompe la regla para descubrir algo nuevo.

Por Marcelo Bettoni

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