Lester Young: La Elegancia del Swing y el Nacimiento del Cool
Lester Young: La Elegancia del Swing y el Nacimiento del Cool
Lester
Young, nacido el 27 de agosto de 1909 en Woodville, Mississippi, fue un pionero
del saxofón tenor cuya influencia perdura como uno de los pilares fundamentales
del jazz. Su estilo único y su capacidad para fusionar el swing con una gran
elegancia lo han posicionado como uno de los saxofonistas iconicos de la
historia del género.
Hijo
de músicos, Young creció en un ambiente lleno de música, pero también de
disciplina rígida y una relación tensa con su padre. A los 18 años, la decisión
de abandonar su hogar y dirigirse a Kansas City fue un punto de no retorno. En
esta ciudad se forjó su carrera, tocando en diversas bandas locales hasta que,
en 1933, un episodio decisivo cambió su vida: en una jam session en el club
Cherry Blossom, se enfrentó a Coleman Hawkins, el rey indiscutido del saxofón
de la época. El resultado de este enfrentamiento fue un claro triunfo para
Young, quien de manera fulgurante se consolidó como el nuevo líder en el
saxofón tenor.
Este
momento fue crucial no solo para su carrera, sino también para la evolución del
jazz. Young desarrolló un estilo caracterizado por su tono suave y su fraseo
relajado, en contraste con la energía más agresiva de Hawkins. Este nuevo
enfoque influyó a generaciones de saxofonistas, quienes lo vieron como el
referente de la elegancia y el refinamiento en el jazz.
Su
entrada en la orquesta de Fletcher Henderson en 1934, luego de la salida de
Hawkins, no fue tan exitosa como se esperaba. La falta de aceptación por parte
de los demás músicos y la presión de la esposa de Henderson para que imitara el
estilo de Hawkins generaron fricciones, lo que llevó a Young a abandonar la
banda poco tiempo después. Este episodio de su vida refleja no solo su
independencia artística, sino también las dificultades que enfrentó para
encontrar un espacio donde pudiera expresar su visión musical sin
restricciones.
En
1935, Young se unió a la legendaria orquesta de Count Basie, lo que marcó el
inicio de su etapa más fructífera. Con Basie, Young perfeccionó su estilo
dentro de una de las mejores secciones rítmicas de la historia del jazz, lo que
permitió a los solistas, como él, desplegar toda su creatividad. Durante su
tiempo con Basie, Young grabó numerosas canciones que se convirtieron en
clásicos, como "Jumping at the Woodside", una muestra clara de su
virtuosismo y su capacidad para construir frases melódicas dentro de los
límites del swing.
Sin
embargo, la vida personal de Young estuvo marcada por tragedias y dificultades,
como su arresto durante la Segunda Guerra Mundial. En 1944, el saxofonista fue
reclutado y enviado a un campo de entrenamiento, donde su desobediencia y su
consumo de drogas llevaron a su encarcelamiento en una prisión militar. Este
período de su vida, aunque poco documentado, tuvo un impacto profundo en su
salud y su carrera. A pesar de ello, siguió siendo una figura activa en el jazz
tras su liberación, pero su salud deteriorada y su adicción a las drogas
mermaron su capacidad creativa en los últimos años.
Uno de
los aspectos más entrañables de su vida fue su relación con Billie Holiday. Su
amistad y colaboración musical fueron fundamentales para ambos artistas. Young
le dio a Billie el apodo de "Lady Day", mientras que ella lo nombró
"Prez", un apodo que quedó asociado para siempre a su figura. Juntos
grabaron cerca de 80 canciones, y su química musical fue clave para crear
algunos de los momentos más mágicos del jazz vocal e instrumental.
La
última aparición conjunta de ambos fue en un programa de televisión en 1957,
donde interpretaron el tema "Fine and Mellow", un homenaje a Billie
Holiday. Pese a los altibajos de su vida, el legado de Lester Young sigue
siendo una fuente de inspiración para saxofonistas y músicos en general. Con
una carrera que abarcó más de dos décadas y una influencia incuestionable, su
contribución al jazz continúa siendo celebrada y estudiada por generaciones de
músicos y aficionados.
Lester
Young no solo cambió el saxofón, sino también el curso del jazz. Su estilo
relajado y melódico rompió con las convenciones de la época, dejando una impronta
que, aún hoy, sigue siendo un referente de innovación y belleza musical.
Por
Marcelo Bettoni
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